Se trata de una recolocación de las mamas que puede implicar o no la colocación de una prótesis, dependiendo de cada caso.
En 2019, las cifras respecto a las operaciones de pecho en España hablaban por sí mismas. Según la Sociedad Española de Cirugía Plástica, Reparadora y Estética, este tipo de intervenciones se han multiplicado por 4 desde 201o, un dato del que se puede extraer que las españolas cada vez están menos contentas con su pecho natural y tienen más naturalizada la idea de pasar por quirófano para modificar aquello que no les gusta.
Y es que una operación estética de pecho no siempre tiene como objetivo aumentar su volumen. Además de las mamoplastias de aumento, existe una intervención a la que se acude cuando se quiere modificar el aspecto de las mamas, la mastopexia. Según Clínicas Dorsia, esta operación se la practican 6.500 mujeres al año en España, pero, ¿en qué consiste exactamente?
La mastopexia es una cirugía que busca conseguir el levantamiento de las mamas para devolverles su posición y forma originales. Una de las preguntas más repetidas en las consultas es si esta intervención va asociada a la colocación de una prótesis. Y la respuesta realmente la tiene el cirujano, tras valorar cada caso de manera individualizada. La intervención en sí no implica la colocación de una prótesis, no obstante, según indican desde Dorsia, suele ser lo habitual, dada la edad en la que las pacientes recurren a este tipo de operación, para conseguir un resultado satisfactorio. De lo anterior, podemos deducir que cada caso es diferente y, por tanto, es imprescindible la valoración personalizada en consulta donde el cirujano analizará la situación de partida.
¿Qué problemas soluciona una mastopexia?
Sobre todo esta dirigida a mujeres que sufren de una caída significativa del pecho. Esta puede haber sido provocada por distintas causas, como un aumento o disminución drástica de peso, un embarazo, la lactancia o simplemente el paso de los años. Esta intervención está enfocada a elevar los senos y devolverlos a su posición natural de años atrás.
En una primera consulta, antes de la intervención, el médico valorará el historial clínico de la paciente, profundizando en hitos como embarazos y periodos de lactancia previos. En esta cita también se tendrá que valorar el tipo de piel de la paciente (gruesa, fina, si hay estrías, cuál es el nivel de flacidez, etc…). Por último también se debe tener en cuenta la estructura de la glándula mamaria. La elasticidad y densidad de la misma también influye en el estado de la mama y en la decisión médica de practicar o no la intervención.
¿De qué depende colocar o no implantes?
- Cirugía sin implantes: Este tipo se aplica cuando el único problema es la caída del pecho y la paciente está conforme con su tamaño. En este caso, los cirujanos se limitan a eliminar el exceso cutáneo y remodelar la mama para recuperar su forma y posición. Dependiendo del caso, también se puede recolocar la areola y el pezón para alinearlos con la altura del tórax. Esta intervención reduce los riesgos derivados de introducir un agente externo en el cuerpo. También se trata de una operación más corta y el posoperatorio es más llevadero.
- Cirugía con implantes: Esta intervención ocurre en dos casos. En primer lugar cuando es deseo de la paciente aumentar el volumen, además de recolocar la mama. Por otro lado, a veces no es la idea inicial, pero tras la valoración del cirujano este aconseja la colocación de prótesis para que el resultado estético sea lo que la paciente busca. Esto ocurre cuando se presenta un gran vaciado de la mama a raíz de embarazos o pérdidas de peso drásticas.
Fuente: Harpers Bazaar