Los defectos congénitos de las estructuras de la boca son conocidos como labio y paladar hendido, requiere hasta cuatro cirugías para su reconstrucción, por lo que es importante mantener algunas medidas preventivas desde el primer momento del embarazo.
Frecuentemente ambos defectos van acompañados; son deformidades faciales que dificultan las funciones de amamantamiento y alimentación, lenguaje y adaptación social, además de impactar severamente en el aspecto psicológico.
La hendidura del labio superior puede ser parcial o completa y tener dimensiones variables, afectando únicamente el labio y la encía o bien extenderse hacia atrás por el paladar duro y el blando, hasta la nariz.
La principal complicación de este padecimiento es que por lo menos, se requiere de cuatro intervenciones quirúrgicas; la primera, a los tres meses de edad para hace cierre de labio, cierre de paladar duro y plastía de punta nasal; la segunda, entre 12 y 18 meses de edad para el cierre de paladar y faringoplastía; le sigue otra entre 6 a 8 años de edad con injerto óseo alveolar; la cuarta se realiza después de los 14 años y es la cirugía estética facial.
Los principales factores de riesgo asociados al labio y paladar hendido son: consumo de contaminantes en alimentos, ingesta de alcohol, tabaquismo, desnutrición y el uso de drogas anti-convulsivantes, previo y durante el embarazo. También aumenta el riesgo cuando existe antecedente familiar, entre más personas haya con daño, es hasta 20 por ciento mayor es el riesgo de heredarla.
Como medidas preventivas, se debe administrar ácido fólico en las mujeres en edad fértil, en especial durante la etapa perinatal (tres meses previos al embarazo y en los primeros tres meses de gestación), además de llevar a cabo sesiones permanentes de consejería a padres con riesgo o con antecedentes.
El labio y paladar hendido pueden provocar infecciones del oído o pérdida auditiva, retardo del habla y lenguaje anormal, problemas odontológicos y emocionales, originados con frecuencia por el rechazo, miedo, aislamiento, sobreprotección, que llegan a bloquear el desarrollo emocional del niño.
Se recomienda asistir a sus citas pediátricas y a seguir las recomendaciones que su médico indique desde el momento en que sea diagnosticado este problema de salud en el recién nacido.
Fuente: verazinforma.com