En ocasiones, estos pliegues pueden sufrir alteraciones que afectan tanto a la visión como a la estética. Para resolver esta serie de problemas es necesario recurrir a la blefaroplastia.
Si existe un órgano sensorial complejo en el cuerpo humano ese es el ojo. Su función elemental consiste en trasformar la energía lumínica en señales eléctricas que son enviadas al cerebro a través del nervio óptico. Su forma es esférica, mide entorno a 2,5 centímetros de diámetro y está relleno de un gel trasparente llamado humor vítreo.
Un miembro que se encuentra protegido por dos mecanismos de defensa: el sistema lacrimal, estructura de secreción y excreción de las lágrimas; y los párpados, pliegues de piel que cubren los globos oculares y que se encargan del amparo de los mismos. En ocasiones, los párpados pueden sufrir alteraciones que requieren de medicación o tratamiento quirúrgico y que, además de afectar a la visión, pueden perjudicar la estética. Entre las patologías más frecuentes que dañan a estos pliegues nos encontramos con ocho grandes grupos.
Patologías más frecuentes
El ectropión es un término médico que hace referencia a la situación en la que el borde del párpado, habitualmente el inferior, está girado hacia fuera, de tal forma que se puede producir lagrimeo, conjuntivitis o ojos secos. Se asocia a la laxitud de los tejidos, por lo que la técnica quirúrgica está encaminada a acortar el párpado inferior.
La ptosis palpebral es como se denomina a la caída del párpado superior que puede afectar tanto a niños como a personas adultas, pudiendo provocar una alteración estética y funcional, interfiriendo con la visión si llega a tapar la pupila.
Otro tipo de alteraciones son las estéticas, una serie de problemas palpebrales provocados por procesos como la blefarocalasia o piel caída de los párpados, las bolsas palpebrales, los excesos de piel, las cicatrices antiestéticas o la caída de las cejas.
El envejecimiento progresivo y una cierta predisposición personal pueden favorecer la aparición de bolsas en los párpados superior e inferior. La cirugía consiste, en esencia, en eliminar el exceso de grasa y piel acumuladas en los párpados, mediante la técnica de blefaroplastia.
Los tumores de los párpados son muy comunes y aparecen como irregularidades o bultos. Normalmente son benignos, pero en ocasiones pueden tener un carácter perjudicial, por lo que conviene hacer un seguimiento de estas lesiones. Si somos conscientes de un cambio de forma, color, tamaño, sangran o escuecen, se debe acudir al oftalmólogo. No obstante, lo adecuado en estos casos es extirparlos y realizar un estudio anatomopatológico de la lesión.
Las pequeñas lesiones palpebrales aparecen con bastante frecuencia y en ocasiones son susceptibles de solucionar con tratamientos médicos, pero en otras debemos recurrir a pequeñas intervenciones quirúrgicas. Entre estas patologías nos encontramos con los orzuelos, el chalación, los xantelasmas, las verrugas o los papilomas.
Por último, las heridas de los párpados, ya sean de tipo reciente o más antiguas (cicatrices), deben de ser reparadas quirúrgicamente para con el fin de evitar una serie de defectos estéticos o de motilidad de los párpados.
La solución: cirugía plástica ocular
Para resolver todas estas patologías que pueden sufrir los párpados, es necesario recurrir a la blefaroplastia, una de las cirugías más frecuentes en la especialidad de la oculoplastia, tanto para mejorar el aspecto de los párpados inferiores como superiores. Una serie de procesos en los que el equipo de profesionales de las Clínicas Oftalvist tiene una amplia experiencia en el diagnóstico, el tratamiento y las acciones quirúrgicas oculoplásticas, por lo que son capaces de resolver estos percances de manera eficaz.
Fuente: consalud.es