En ocasiones, la caída de los párpados y las bolsas que aparecen debajo de los ojos pueden conseguir que algunas personas parezcan más cansadas y se sientan mayores de lo que son. Muchas se preguntan si existe alguna solución para ello y la respuesta es sí.
La blefaroplastia es un tipo de cirugía que se realiza con este objetivo en pacientes de más de 35 años que quieren mejorar su apariencia física. Esta operación consiste en separar la piel de la grasa y los músculos, retirando el exceso de grasa, piel o músculo. Se realiza en quirófano con anestesia local y sedación y suele durar entre una y tres horas.
La Sociedad Española de Cirugía Plástica Reparadora y Estética (Secpre) indica que es necesario que los pacientes sean realistas con las expectativas de la intervención y que se pongan en las manos de especialistas cualificados.
Después de la cirugía, la Secpre indica que se debe aplicar una pomada en los ojos para lubrificarlos, y en algunos casos, un vendaje suave. Se debe seguir la medicación indicada por el especialista y mantener la cabeza en alto los días siguientes, además de aplicar frío para reducir la inflamación.
Riesgos
Algunos de los factores que pueden suponer un riesgo a la hora de realizar una blefaroplastia son los siguientes:
Problemas de tiroides.
Falta de lágrimas suficientes.
Presión arterial alta.
Enfermedades cardiovasculares.
Problemas de diabetes.
Desprendimiento de retina.
Durante los primeros días suele permanecer la hinchazón y los cardenales. Además, tras la operación pueden aparecer problemas de visión doble o borrosa. No obstante, los riesgos pueden reducirse si se siguen las instrucciones del experto.
Resultados
Al principio, las cicatrices mantienen un color rosa que con el paso del tiempo van desapareciendo hasta quedar prácticamente invisibles.
En cuanto al resultado final es favorable y duradero. Tras la intervención los pacientes presentan un aspecto más joven que, en ocasiones, es permanente.
Fuente: dmedicina.com